¿Tienes dudas sobre cómo ayudar a tus hijos con el inglés? Hoy hablamos con una familia real que nos da sus tips.

“Por qué los padres no deberían obligar a sus hijos a hacer deberes” así comenzaba el titular de la revista TIME en el que se enlazaban los resultados de un metaestudio sobre el aprendizaje y hacer tareas del colegio en casa. Este recopilatorio de distintos estudios sobre los deberes concluye que cuanto más peques son, menos deberían tener. Porque tienen otras obligaciones como jugar, aprender a hacer cosas en casa, soñar, inventar, descansar o comentar lo sucedido en casa durante las horas de colegio. Para edades más avanzadas, a partir de los 11-12 años aproximadamente, tener deberes sí puede beneficiar el aprendizaje realizado en el colegio, tanto para complementarlo (en caso de que sean tareas de investigación) como para reforzarlo (estudiar para un examen).

El artículo narra el caso de los Estados Unidos, donde muchas escuelas están decidiendo suprimir los deberes para que niñas y niños puedan crecer y desarrollarse sin tener que bregar emocionalmente con las cargas que ésto supone. Cargas que recaen en los padres la mayoría de las veces, quienes tienen que perseguir a los pequeños para que realicen las tareas.

Como en nuestro país aún estamos a años luz de que eso suceda, queremos saber qué pasa con el aprendizaje del inglés en casa en nuestro contexto sociocultural. ¿Deben los padres involucrarse? ¿Hasta dónde? Desde luego para muchos no parece una opción. Así que hemos hablado con una directora de un colegio madrileño (prefiere no dar más datos) y una familia de profesores que están criando a sus hijos de forma tri/bilingüe.

Paloma González Sáinz de Aja, directora de una escuela de infantil, nos dice: “los padres deben supervisar con ellos los deberes, que no hacérselos. Los deberes es algo que ya es intrínsecamente aburrido, y más a ciertas horas de la tarde, cuando el cansancio hace mella.” Así que Paloma lo tiene claro: “lo más importante es la paciencia”. También nos dice, en el caso concreto de aprender inglés como segundo idioma para los nativos hispanoparlantes, que “es un handicap si los padres saben hablar inglés o no”.

No significa que si tú no hablas inglés, tu prole tampoco llegue a hacerlo nunca, pero sí que mola predicar con el ejemplo. Podéis ver películas y series subtituladas (tanto en V.O) como poniendo los mismos subtítulos en inglés, utilizar juegos de palabras, post-it con los nombres de las cosas de la casa e irlos pegando juntos, comprar algún juego de mesa en inglés por internet, cantar canciones de karaoke en inglés en el Singstar… Tus hijos también tienen algo que enseñarte, si te paras realmente a escuchar. Aprender en familia puede ser divertido. Así lo demuestran  Kate y a Brandon, creadores del blog “Salud Vegana”, sobre su experiencia como padres y familia trilingüe.

 

 ¿Los padres deberían ayudar a sus hijos con los deberes?

[Kate] ¡Sí! Es una oportunidad maravillosa de conectar y compartir nuestra pasión por aprender. Hace unos años, antes de nacer los niños, descubrimos el concepto de unschooling y tuvo un impacto importante en nuestra forma de educar a Lyra y a Aron; es una filosofía que fomenta la motivación y el interés en aprender por encima de la enseñanza forzada.

[Brandon] Por supuesto. Hacer los deberes juntos se trata de una interacción muy positiva entre padres e hijos y es una oportunidad para transmitir conocimientos, ideas y experiencias (de padres a hijos y viceversa). Es una buena oportunidad para conectar.

 

Siendo es así, ¿cómo es la mejor manera de ayudarles?

[Kate] Creo que dependerá mucho de la personalidad y la edad del niño. Nuestros hijos no tienen deberes propiamente dichos porque todavía son chiquitines (2 y 4 años), pero sí que nos sentamos casi cada día con Lyra para que practique la escritura. Aunque, como comentaba antes, ella siempre es la que inicia esta actividad porque tiene muchísimas ganas de escribir como ve que hacemos los “mayores”. Nosotros nos limitamos a animarla por sus esfuerzos y a practicar a su lado las letras que le cuestan más.

[Brandon] También priorizamos la lectura, tanto como actividad familiar como individual. Tanto yo como Kate leemos bastante (¡Kate más!) y cada noche los niños eligen sus cuentos favoritos antes de ir a dormir. Además, nos gusta usar momentos de cada día para compartir conocimientos. ¡La cocina es un momento perfecto! Cocinar te da la oportunidad de hablar de ingredientes, aprender sobre nutrición, descubrir culturas y por supuesto aprender a contar.

 

Para aprender el inglés en casa, ¿qué trucos tenéis?

[Kate] Los niños han hablado inglés conmigo y con Brandon desde que nacieron, pero nuestro objetivo es usar la misma estrategia que usó mi madre: yo crecí en un pueblo cerca de Barcelona y atendí el colegio en catalán y castellano. Tan solo hablaba inglés con mi madre pero ella se esforzó muchísimo para rodearnos del idioma: nos grababa películas en Inglaterra para que pudiéramos ver la tele en inglés (esto antes de Netflix y los DVD’s con VO), nos animó a ser amantes de la lectura y para que practicaramos la escritura nos pedía escribirles una carta a mis abuelos cada semana. Yo la redactaba, mi madre la corregía y la tenía que volver a copiar sin faltas y con buena letra. Se convirtió en parte de nuestra semana, en un recuerdo muy bonito y a fecha de hoy escribo en inglés como si lo hubiera aprendido en el colegio.

 

Si la familia no es angloparlante, ¿cómo podría ayudar a los pequeños a interesarse por el idioma?

[Brandon] A los niños les gusta mucho la rutina, así que si ya de pequeños se les acostumbra a ver alguna serie en inglés, cuando se hacen más grandes ya no lo cuestionan. Claro que también se les puede llevar a un colegio que ofrezca clases en inglés, sobre todo si ya atienden primaria o secundaria.

[Kate] Y si tenéis la oportunidad, tirad de amigos o familiares que lo hablen bien. Por ejemplo: la mejor amiga de Lyra es Japonesa. Su madre da clases de Kanji, así que cuando Lyra sea un poco más mayor acompañará a su amiga a las clases y así descubrirá cómo escribir en japonés.

 

¿Qué materiales usáis en casa para el aprendizaje de los idiomas?

[Brandon] Como mencionamos, los niños aún son pequeños, pero la lectura es clave. Cada noche leemos una amplia selección de libros – sobre todo en inglés, pero también en castellano – y descubrimos vocabulario y situaciones que dan pie a conversaciones más profundas.

[Kate] Además, se puede aprovechar el mar de información online para ser creativo: podéis buscar proyectos DIY y seguir las instrucciones en inglés, podéis mantener noches de cine V.O en familia. ¡Y viajar! Si podéis viajar a otros países podéis poner en práctica lo que habéis aprendido, y si tenéis adolescentes pueden turnarse a la hora de pedir comida.

¿Qué beneficios observáis que tiene criar hijos tri/bilingües?

[Kate] Se han escrito volúmenes sobre las ventajas de ser bilingüe pero uno de los que más destacan es la facilidad de aprender un tercer idioma. Lyra tardó más en hablar, un fenómeno natural en niños bilingües, pero tras hablar inglés y castellano en P2 empezó a comunicarse en catalán poco más de dos meses.

Además, una ventaja enorme es poderte comunicar con más personas, sentirte parte de un mundo más amplio. Y es que tanto Brandon como yo hemos tenido más oportunidades de trabajo simplemente por hablar varios idiomas. (Brandon es surafricano y creció hablando Afrikaans e inglés, y tras mudarse a Brasil aprendió portugués y español. Kate es trilingüe en inglés, catalán y castellano.)

¿Qué rasgos de inteligencia emocional se acentúan en el aprendizaje conjunto entre familias?

[Kate] Brandon y yo nos hemos leído todos los libros de John Holt, un educador norteamericano y un defensor del homeschooling y el unschooling, y los recomendamos a todo padre o profesor que le fascine cómo aprendemos los seres humanos. Holt opina que los niños tienen una curiosidad natural para aprender y que nuestro deber es facilitarles el acceso a la información o las experiencias que necesitan para continuar formándose. Estamos 100% de acuerdo y lo ponemos en práctica siempre que podemos. A los niños les aporta la confianza de perseguir lo que les interesa y la oportunidad de aprender a su ritmo.

[Brandon] Exacto, aprender en el ámbito familiar les aporta la confianza. Aprende en una zona de confort y apoyo emocional les da alas para poder aprender a su velocidad natural y a fracasar sin miedo. Es esencial crear un ambiente donde puedas aprender sin miedo. Se ha criticado mucho la enseñanza actual porque fuerza a todos los niños aprender de la misma forma, y si tienen la mala suerte de tener un profesor que se mofa o les hace sentir inferiores les cohibe mucho el aprendizaje. Dentro de la familia debemos sentirnos seguros para probar y fallar y la confianza de volver a levantarnos para probar de nuevo.

¿Cual es la lección más importante que habéis aprendido hasta ahora?

[Kate] Tanto en mi experiencia como madre como mi experiencia siendo profesora de parvulario en Camboya, lo que más aprendí fue respetar el ritmo de aprendizaje de cada niño y buscar cómo darle las herramientas para pudiera desenvolverse por su cuenta.

[Brandon] Tras 15 años de experiencia enseñando inglés considero que sobre todo se necesita mucha paciencia y mucha consistencia. Como decía Kate, el profesor debe hacer una labor de sintonización con el ritmo de aprendizaje de cada niño. Otro consejo es darle valor al contexto. Cuando aprendes un idioma no sólo es importante la gramática y el vocabulario sino hacer una inmersión en la cultura. Todos aprendemos mejor si tenemos un contexto en el cual movernos. Para entender una película basada en Londres nos ayudará saber que su sentido del humor está basado en el sarcasmo y la ironía, por ejemplo. La cultura nos acerca al idioma y le aporta más valor.

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En Cambridge estamos contigo para que puedas seguir practicando inglés con los niños en casa. Visita nuestra web gratuita www.cambridgeencasa.cambridge.es, donde facilitamos recursos interactivos, juegos y actividades para alumnos de infantil y primaria.
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Autora: Paula González
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