¿Sabes de qué es realmente la educación emocional? Hoy os explicamos qué es y por qué es importante identificar las emociones en el aula.

En los últimos años hemos oído mucho hablar de educación emocional, aprendizaje cooperativo, trabajo por proyectos, neuroeducación, etc. Todos ellos son temas muy relevantes y de candente actualidad, pero me centraré en la educación emocional. Dicho concepto fue popularizado por Daniel Goleman en su bestseller de los años 90 Inteligencia Emocional aunque el concepto fue acuñado por Mayer y Salovey. Ellos definieron la inteligencia emocional como “un conjunto de habilidades que contribuyen a la valoración exacta y a la regulación efectiva de las emociones, en uno mismo y en los otros; y el uso de los sentimientos para motivarse, planificar y organizar lo que uno se propone en la vida”. Pero bastante siglos antes, concretamente en el siglo IV a.C. en su famoso libro Ética a Nicomaco, Aristóteles ya hablaba de las dificultades que entraña la regulación emocional con la siguiente frase:

Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con un propósito justo y del modo correcto; eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.

Dada la relevancia que tiene el buen uso de nuestras emociones en la vida actual, dedicaremos el presente artículo a hablar sobre ello.  

Las emociones en la sociedad actual 

Aunque en los últimos años se están viendo avances significativos, aún estamos lejos de que la sociedad acepte e integre las emociones en nuestro día a día. Son muchos los mensajes que encontramos como ejemplo de que las emociones no están ubicadas en el lugar que merecen. ¿Cuántas veces habéis escuchado las siguientes frases? No llores por favor, No sé por qué te pones así por esa tontería o No entiendo cómo te dan asco las alcachofas, con lo buenas que están.

En definitiva, son muchos los ejemplos que encontramos que o bien extreman la emoción (escuchamos letras de canciones en donde el protagonista lo es todo con la persona amada pero no es nada sin ella) o bien la anulan (por ejemplo, la famosa canción de Miguel Bosé de Los chicos no lloran). Todos estos ejemplos y otros que se te puedan ocurrir están muy anclados en nuestro inconsciente y los encontramos en la sociedad, en la música, la cultura, etc. Generalmente se decía que las niñas no se podían enfadar puesto que eso no era de señoritas y los niños no podían llorar, pues eso no era de valientes sino de cobardes. Y en la escuela, en función del profesor que les haya tocado a los alumnos, tendrán la suerte de atender a sus emociones o se les negarán dichos estados emocionales.

Por todos estos motivos suelo decir que vivimos en una sociedad de izquierdas; tendemos a potenciar y estimular el hemisferio izquierdo de nuestros pequeños (lógica, matemática, racional, analítico, etc) y menospreciamos, o por lo menos, no damos el lugar que se merece al hemisferio derecho (emociones, arte, música, creatividad, etc).  

¿Por qué es necesario atender las emociones? 

Supongamos la siguiente situación. Juan es un alumno que está jugando al fútbol en el patio con sus compañeros de clase. En determinado momento del partido, Juan choca con un adversario y cae al suelo lastimado. ¿Verdad que le atenderíamos? Claro que sí.

Supongamos otra situación. Una tarde llega nuestra pareja a casa y nos dice abatida que le acaban de despedir del trabajo. ¿Verdad que le abrazaríamos e intentaríamos consolarle en la medida de nuestras posibilidades? Bien, ¿por qué a los niños no les atendemos cuando tienen una dificultad emocional? ¿Por qué en los golpes físicos sí pero en las caídas emocionales no? Sé que existen grandes maestros implicados con sus alumnos en el ámbito emocional, pero ¿por qué no lo hacemos todos los maestros? No existe la posibilidad de enseñar correctamente Matemáticas, Inglés o Naturales si antes no ha habido una relación o vinculación emocional con el alumno y el grupo de clase

En la siguiente entrada, exploraremos cinco estrategias emocionales para poner en marcha con los alumnos. Tips que seguro son útiles en nuestro día a día en el aula.

 

Autor: Rafael Guerrero (www.darwinpsicologos.com)
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«Vale, gira a la izquierda. ¡No, a la otra izquierda! Para aquí. No, me refería a allí». ¿Te suena haber tenido esta conversación en el coche? Enseñar también puede hacernos sentir así muchas veces. Crees que te estás expresando bien, pero nadie parece hacer lo que quieres. Aunque pueda parecer una solución demasiado simple, solo hay que aprender a dar instrucciones más claras. En este post te doy 4 consejos para hacerlo.