¿Has leído nuestro primer post sobre las fuentes de la autoeficacia? En este hablamos de la persuasión verbal y la activación psicológica y emocional.

¿Qué factores influyen en el desarrollo de la autoeficacia?

La semana pasada hablamos de dos de los ingredientes clave para fomentar la autoeficacia en los alumnos: las experiencias directas y las experiencias vicarias. Si no tuviste oportunidad de leerlo, ahora es el momento.

Recordemos que para presentar estas fuentes, vimos un caso práctico en el que imaginábamos una clase en la que encontrábamos un variopinto grupo de alumnos con distintos orígenes étnicos, de diferentes ambientes socioeconómicos y culturales, con diversas capacidades, gustos e intereses, etc. Todos estos factores contribuyen a formar su personalidad, que les hace únicos.

Para concretar nuestro análisis, presentamos a dos alumnas imaginarias, Paula y Carla.

Paula es una alumna que destaca en algunas áreas por su rapidez y seguridad, su locuacidad y sus ganas de involucrarse en las tareas y proyectos de clase.

Carla obtiene buenos resultados, aunque se muestra tímida en clase y participa poco por miedo a equivocarse. Le gustaría vencer esas barreras pues tiene un gran afán de superación.

Esta semana, para complementar las cuatro fuentes que Bandura (1997) determinó como elementos clave en el aprendizaje, hablaremos de la persuasión verbal y la activación psicológica y emocional.

1.¡Buen trabajo!

Carla y Paula también influyen una sobre la otra a través de los comentarios que ambas hacen sobre su participación en clase, pues el refuerzo positivo verbal es muy significativo para quien lo recibe. Esta fuente de autoeficacia es la persuasión verbal,  que incluye todos los comentarios positivos emitidos por personas cercanas: los profesores, el grupo de iguales, sus familias, etc.

Es importante destacar cómo el refuerzo que damos a nuestros alumnos en el aula les influye profundamente en el desarrollo de su trabajo y en la elaboración de su creencia en sus capacidades. Como dijimos en el Capítulo 1, un profesor eficaz es capaz de crear un clima positivo en el aula, en el que sus alumnos se sienten motivados por aprender, ya que el docente confía en sus capacidades y les transmite altas expectativas de logro, que alimentan su autoeficacia.

2.¡Lo voy a conseguir!

Por último, la cuarta fuente de autoeficacia se conoce como activación psicológica y emocional, que determina los estados de ánimo positivos o negativos, la ansiedad, los temores, el estrés que están presentes en el que aprende. En el ejemplo de Carla, debemos recordar que su miedo a equivocarse constituye una barrera para demostrar sus conocimientos en el aula, sin embargo su afán de superación le ayudará a salvar este obstáculo. El profesor debe potenciar un clima de aprendizaje positivo que anime a sus alumnos a creer en sus propias posibilidades sin temor al error.

Está demostrado que aquellos alumnos que se sienten más desinhibidos y están más motivados en su aprendizaje son los que tienen mayor éxito. Los profesores debemos encontrar la fórmula que les active emocionalmente de manera positiva para que crean en sus propias capacidades, superen sus temores y alcancen los objetivos.

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En resumen, debemos emplear diversas estrategias y recursos en base a nuestro conocimiento de su forma de aprender, habilidades e intereses. Este enfoque basado en la autoeficacia está directamente relacionado con las inteligencias múltiples que desarrollaremos en capítulos posteriores.

¡Hasta pronto!

 

Autoras: Lourdes Molejón Asenjo y Ana Fernández Viciana
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