Sí, tenemos deberes, no sólo los alumnos, sino toda la comunidad educativa. Todos los que estamos involucrados en la enseñanza tenemos una responsabilidad en la educación de los trabajadores del futuro.

El debate sobre los deberes está en la calle y no hay semana en la que no leamos, escuchemos o veamos algo relacionado con la necesidad o no de mandar deberes a los niños en el colegio.

Ajenos a la polémica, es bueno saber que se esté hablando de ello porque eso demuestra que hay interés por la educación y que todos queremos lo mejor para esos trabajadores del futuro: nuestros alumnos y nuestros hijos.

No creemos que la respuesta sea uno u otro extremo y no vamos a posicionarnos aquí por una u otra postura, pero sí vamos a detenernos un poco a examinar esos deberes – ya sean muchos o pocos – y a reflexionar no sólo sobre la cantidad de tareas que tienen que hacer los niños sino sobre el contenido de esas tareas y ofreceros algunos consejos sobre ello que esperamos sirvan de ayuda o al menos inviten a esa reflexión.

 

Despierta su curiosidad

Sabemos que para que se produzca el aprendizaje es necesario crear interés en aprender y para despertar ese interés hay que sorprender y generar curiosidad en los alumnos. Pensemos en actividades que no sean una continuación de las que han hecho en el aula pero que tengan la capacidad de interesar al alumno y pueda combinar con su tiempo de ocio y disfrute. Si enseñas inglés te sugerimos algunas, de más a menos infantiles para que puedas seleccionar dependiendo del curso que enseñes:

  • Para practicar los colores, pide a tus alumnos que piensen en cosas que cambien de color naturalmente y que traigan una lista a clase el día siguiente.
  • Para practicar los números pide a tus alumnos que cuenten al revés, o de dos en dos, o tres en tres y que se cronometren y te digan cuánto tardaron. Pídeles que compartan su mejor récord con la clase y ten premios preparados para quien lo haya hecho más rápido y ¡pídele que te lo demuestre!
  • Cuando vayas a empezar una unidad nueva, pídeles que el siguiente día vengan disfrazados de algo relacionado con el tema de la unidad – esos son los deberes de ese día – buscar attrezzo y disfrazarse para que cuando empiecen estén motivados y tengan curiosidad por saber más. Esto les hará mirar la unidad con antelación y empezar a prepararse para el tema ¡Y disfrázate tú también!
  • Pide a tus alumnos que escriban, dibujen o graben algo que les haya sorprendido esa tarde o algo que les haya fascinado. Puede ser cualquier cosa que hayan visto u oído. Tendrán que explicar qué era y por qué les ha sorprendido.
  • También puedes pedirles que escriban un sueño o que inventen uno con varios ‘ingredientes’ que les hayas dado previamente.
  • Pídeles que traigan un chiste en inglés para el próximo día. Diles que lo traduzcan del español al inglés como puedan. Luego que te lo cuenten a ver si es gracioso. Esto lleva a una conversación sobre la diferencia de humor y la necesidad de adaptar el discurso al traducir, no hacerlo sólo palabra por palabra.
  • Pídeles que busquen en internet palabras intraducibles y que seleccionen las cinco que más les hayan gustado.
  • Pídeles que imaginen que son candidatos de un partido político que se presenta a presidente y que piensen en los objetivos principales que incluirían en su programa electoral. Cuando lleguen a clase tendrán que exponerlo como si estuvieran en una rueda de prensa. Si podéis decorar la clase como si fuera una sala de prensa ¡todavía más divertido!

 

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Demuestra la relevancia de la asignatura en sus vidas

Piensa en su día a día – colegio, casa y entorno – y trata de seleccionar actividades que encajen con su día a día. Muéstrales evidencia de la presencia del inglés en sus vidas:

  • Anímales a ver las series de televisión que les gustan y que puedan ver en inglés. El día siguiente pueden contarte (en inglés) de qué trató el capítulo, qué ocurría, etc.
  • Pueden escuchar las canciones que les guste escuchar en inglés. Puedes pedirle que escriban la letra que puedan y el día siguiente ponéis la canción y les ayudas a completarla.
  • Selecciona lecturas interesantes de revistas o periódicos o pídeles que seleccionen una ellos y traigan a clase lo que más les haya llamado la atención el día siguiente.
  • Pídeles que pidan a sus padres que les cuenten si han usado el inglés ese día – con quién han hablado, a quién han escrito, sobre qué. Es una buena actividad para que se den cuenta de lo global que es el inglés.
  • Sé un buen modelo y cuéntales qué has visto, escuchado, leído y compártelo con ellos en inglés.

 

Permite que tomen decisiones

Todos los alumnos – por pequeños que sean – deberían tener la oportunidad de tomar alguna decisión cada día. Ya sea sobre lo que van a ponerse por la mañana (que ya no existe si llevan uniforme, por ejemplo), lo que quieren comer (tampoco suele ser posible porque el menú está decidido por ellos) o lo que quieren hacer (que también suele estar decidido, primero con las asignaturas del colegio y luego con las extraescolares y para acabar el día con las rutinas que se hayan establecido en cada casa). Es importante que se sientan escuchados y que sepan que su opinión es importante. Te ayudamos con algunas sugerencias de nuevo de más sencillo a menos, de acuerdo con las distintas edades:

  • Prepara un bote/caja/bolsa – surprise homework box – con pequeños papelitos en los que hayas escrito distintas actividades que quieras mandarles como deberes. Cada día un niño puede sacar un papelito y decidir qué hacen.
  • Pídeles que en casa piensen en lo que ha sido lo más fácil y difícil de la unidad y traigan dos listas a clase el día siguiente. Luego recógelas y ponlos en parejas para que los que han tenido más dificultades en algo trabajen con los que han tenido menos para cada tema.

 

Deja que aprendan a planificar su tiempo

Reduce los elementos de presión y dales el tiempo suficiente para hacer las distintas tareas. Queremos que los alumnos aprendan a planificar sus tareas y sean responsables de sus decisiones

  • Dales tareas con un plazo más largo que de un día para otro – si les pides una tarea para el día siguiente no tendrán que planificarse ni tendrán que decidir qué es más importante y urgente. Si les das un plazo de varios días/una semana tendrán que hacer un esfuerzo por planificar su tiempo y decidir cuándo hacen qué.
  • Intenta darles tareas relacionadas unas con otras y que sean parte de un proceso – es decir, cuando acaben una empieza la otra – o que requieran planificación con otros alumnos.

 

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Genera un clima en el que sientan que es posible

No es sólo lo que decimos sino cómo lo decimos.

  • Sonríe y muestra que estás disfrutando para que los alumnos sientan que aprender inglés es algo que quieren hacer, no que deben.
  • Evita el uso de absolutos y etiquetas ‘siempre se te olvidan los deberes’ o ‘nunca lo traes a tiempo’ – tanto si eres profesor como si eres padre. Este tipo de mensajes genera inseguridad en los alumnos y pierden el interés por no hacer estas cosas porque hagan lo que hagan ya tienen esa reputación.
  • Evita el uso del condicional ‘si no hacéis esto suspenderéis’ y en cambio intenta que las tareas tengan un fin diferente que no sea aprobar un examen o subir notas o simplemente que eviten un mal mayor. La amenaza y el chantaje sólo generar desinterés.

 

¡Permite que se aburran!

Es necesario que los niños sean niños y que tengan la oportunidad de, a veces, no tener nada que hacer para que se les ocurran cosas, piensen en juegos o actividades que quieran hacer y traigan ideas al aula. Sabemos que jugar no sube la nota pero mientras juegan también aprenden. ¡Que los niños sean niños!

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En este artículo, el investigador de Cambridge Graham Seed reflexiona sobre la importancia de enseñar competencias lectoras, por qué la lectura es tan útil en el mundo real y los retos a los que se enfrentan los profesores de inglés, además de darnos tres consejos para la enseñanza de competencias lectoras en clase.