Un ambiente de aprendizaje positivo no se trata solo de tener un aula moderna, sino de minimizar distracciones y asegurar que los estudiantes se sientan seguros, valorados y motivados. Tanto en clases presenciales como online, aquí tienes 6 estrategias clave para lograrlo.
1. Cómo se te ve y cómo suenas
Nuestro entusiasmo tiene un gran impacto en la motivación del alumno, ya que hace que aumente su participación activa y por tanto aprende más.
Nuestro tono de voz y nuestras expresiones faciales juegan un papel importante. Por eso, vale la pena averiguar si te ves y suenas como esperabas (por ejemplo, algunos profesores detectaron en grabaciones de sus clases que se veían gruñones cuando estaban explicando un tema). Si hacer esto nos resultara muy difícil, nos puede ayudar dejarnos una nota en nuestro plan de clase o junto a la webcam para recordarnos sonreír un poco más. 😊
Es importante no sentir que tenemos que actuar como si fuéramos otra persona, porque los alumnos lo van a notar igualmente. Solo tenemos que ser conscientes de la imagen que proyectamos y hacer lo que esté en nuestra mano para mostrar una versión de nosotros positiva y alentadora. Esto es más fácil si nos sentimos bien, así que busquemos un momento para aquellas cosas que nos ponen en el estado de ánimo adecuado, ya sea con deporte, música o con una buena charla tomando un té.
2. Prepárate (y sé amable contigo/a mismo/a)
Antes de implementar nuevas actividades o herramientas, prueba todo con un colega para ganar confianza. Sin embargo, las cosas no siempre salen según lo planeado. Cuando algo falla, evita centrarte en lo negativo y mantén una actitud relajada. La paciencia y el buen humor son esenciales para crear un ambiente de aprendizaje positivo.
Recuerda que tu respuesta ante los desafíos en clase sirve como ejemplo para los estudiantes, animándolos a enfrentar dificultades con calma.
3. Nuestras respuestas
Es bueno poner retos a los estudiantes al tiempo que les demostramos que creemos en ellos. “Es difícil pero sé que lo puedes resolver, Ana”.
Agradezcamos y felicitemos a nuestros alumnos por sus aportaciones. Reconocer que han ido más allá de sus miedos les permite sentirlo como un logro.
Respondamos a lo que se ha dicho comentando el uso de la lengua, y asegurémonos de crear un equilibrio. Prestar atención a los aciertos así como a los errores es útil para todos.
Ayudemos a los alumnos a responderse de forma más efectiva. Para ello, podemos enseñarles estrategias de escucha activa y al mismo tiempo ser un ejemplo para ellos.
4. La sensación de progreso
Un entorno positivo de aprendizaje a menudo es un ambiente en el que los alumnos sienten que están aprendiendo y evolucionando. Ayudémosles a sentirlo así. Podemos diseñar material para que reflexionen sobre lo que han aprendido y, si es posible, hacerlo de forma similar a los usos en la vida real. A modo de ejemplo, podemos trabajar palabras y expresiones para enviar mensajes en inglés a un amigo, la habilidad de encontrar información clave en un texto académico rápidamente o cómo pedir indicaciones a un desconocido de forma educada.
Mostrar el trabajo del alumno en clase, animar a los estudiantes a tener un portfolio o diario de aprendizaje puede ser una buena forma de motivar esta reflexión.
5. Menos es más
Decorar el 50-80% de las paredes del aula con trabajos de los alumnos, ayudas visuales e imágenes que inspiren ayuda a crear un buen equilibro en la estimulación visual. Sin embargo, utilizar más espacio aún puede reducir la capacidad del alumno para concentrarse. Por eso, recuerda: menos es más.
Con la carga cognitiva adicional que va asociada al uso de plataformas, lo mismo se aplica a la enseñanza online. Ayudemos a nuestros alumnos limitando el texto en pantalla y sin tener miedo al silencio: es importante tener tiempo para pensar (y nuestra voz agradecerá un descanso).
6. La clase es de todos
Podemos facilitar el que los alumnos se comprometan con sus clases, en lugar de verlas como un lugar donde el aprendizaje es algo que les sucede. Pedirles su opinión sobre lo que hacemos en clase puede potenciar sus sentimientos de responsabilidad y confianza. Podemos pedirles que elijan el hilo musical, que sugieran posibles temas para las clases o escuchar sus comentarios sobre las actividades o textos que se trabajan, por poner algunos ejemplos.
Para garantizar que tus estudiantes prosperen en un ambiente de aprendizaje positivo, es crucial implementar estrategias que minimicen las distracciones y maximicen la motivación. Al seguir estos consejos prácticos, estarás creando un entorno en el que los alumnos se sienten valorados, apoyados y motivados. Recuerda que una ambiente de aprendizaje positivo no solo beneficia a los estudiantes en términos de rendimiento académico, sino que también fomenta su desarrollo emocional y social. Con un enfoque constante en mejorar y adaptar tus métodos, podrás asegurar que cada clase contribuya a construir un ambiente de aprendizaje positivo para todos.