Aprender un nuevo idioma, como el inglés, presenta desafíos para todos los estudiantes. Algunas dificultades son universales, mientras que otras dependen del individuo. ¿Cuáles son las barreras más comunes al aprender idiomas y cómo pueden los profesores ayudar a sus alumnos a superarlas?
La senda del aprendizaje del idioma
Cuando los estudiantes comienzan a aprender un idioma, su entusiasmo es alto. Sin embargo, rápidamente puede surgir el temor a cometer errores al hablar. Aunque los principiantes suelen adquirir un vocabulario básico rápidamente, la falta de herramientas gramaticales para construir oraciones puede hacer que se sientan inseguros y eviten participar en clase.
Como profesores, puede resultarnos difícil lograr que los alumnos se comprometan con el estudio del inglés a largo plazo. Sin embargo, una vez que reconoces los problemas a los que se enfrentan, es más fácil prepararlos y guiarlos en los tramos pedregosos de la senda.
Detengámonos sobre esas dificultades típicas al aprender idiomas y sobre las medidas que podrías adoptar para ayudarlos:
1. El miedo a hablar al empezar a aprender idiomas
Cuando los alumnos acaban de empezar en la senda del aprendizaje del idioma, no se acuestan jamás sin haber aprendido una cosa más. Están emocionados de estar en clase, cumpliendo, por fin, su sueño. Son todo motivación y energía, y se muestran deseosos de aprender. No obstante, puede que el entusiasmo les flaquee pronto, y que este, de la noche a la mañana, deje paso a la timidez y al miedo.
La vergüenza a la hora de hablar es habitual. Normalmente, los principiantes conocen unas 200 palabras o más al poco de haber empezado, pero todavía no disponen de las herramientas gramaticales para hilarlas. En esta fase, abrir la boca para responder a una pregunta puede parecer arriesgado. A menudo es más fácil quedarse sentado en silencio mirando al suelo.
¿Cómo puedes ayudarlos? La mejor forma de conseguir que un alumno supere el miedo a hablar es abordar dicho miedo directamente. Explícale que cometer errores forma parte del proceso normal de aprendizaje del idioma. De hecho, ¡es algo positivo! ¿Cómo van a saber lo que pueden hace si no lo prueban?
Estas son algunas posibles formas de hacer hablar a tus alumnos:
- Enseña mediante repetición expresiones de saludo o del día a día e interjecciones.
- Pídeles que se graben en privado para que se acostumbren a hablar en otro idioma.
- Dales la libertad de poderse equivocar.
- Fomenta la paciencia en tus alumnos: cada cual alcanza los objetivos a su ritmo.
2. La frustración del nivel intermedio
En los niveles básicos, los estudiantes logran comunicarse con frases sencillas, pero pronto se dan cuenta de lo mucho que aún les falta por aprender. Este «choque con la realidad» puede ser desalentador y provocar que algunos se sientan abrumados por la dificultad para aprender idiomas.
¿Cómo puedes ayudarlos? Enseña a tus alumnos a ser eternos estudiantes. Recuérdales que la fluidez no debería ser el único objetivo, sino que también son importantes los pequeños avances y las microvictorias que suponen, por ejemplo, tener una conversación o pedir un café.
Poner en práctica estos consejos ayudará a tus alumnos a no sentirse abrumados:
- Pídeles que creen una lista con sus objetivos a corto y largo plazo.
- Enséñales a desarrollar una mentalidad centrada en el crecimiento y a tener en cuenta todo el proceso de aprendizaje.
- Haz que recojan en una lista los éxitos y fortalezas ya adquiridos.
- Recuérdales que se deben centrar en su propia trayectoria como alumnos, sin compararse con otros.
3. La meseta del nivel intermedio: un freno en el aprendizaje de idiomas
Muchos estudiantes llegan a un punto en el que sienten que su progreso se ha estancado. Esta «meseta» es una barrera frecuente al aprender idiomas, ya que los avances se vuelven menos evidentes.
En gran medida, a los alumnos les sucede lo mismo que a aquellos que suben una montaña: una vez que han salvado el primer tramo, el aprendizaje se vuelve menos abrupto. Dejan de tener la sensación de estar mejorando, pierden motivación y existe una fuerte tentación de abandonar.
Esto ¿por qué sucede? La fase de meseta durante el aprendizaje de un idioma es un fenómeno muy conocido. En las primeras fases, los alumnos notan grandes avances (después de todo, entre cero y uno hay mucha diferencia). Sin embargo, después empiezan a perder aceleración. Ya han adquirido las competencias lingüísticas básicas, por lo que el incentivo para seguir adelante es menor.
¿Cómo puedes ayudarlos? De lo que no son conscientes muchos alumnos es de que, en realidad, siguen mejorando.
Pero, ya que no pueden recurrir a pruebas claras de su avance, necesitan que actúes como si fueras su entrenador.
Prueba lo siguiente para ayudar a tus alumnos en una fase de meseta:
- Explícales lo que es una meseta en el aprendizaje antes de que se enfrenten a una.
- Realiza un análisis de sus necesidades para volver a dejar constancia de sus objetivos a lo largo del curso.
- Pídeles que hagan una lista con sus motivos iniciales para aprender el idioma y elige el más importante para que sirva de foco.
- Haz que creen un plan de estudio y que desarrollen una rutina para que se mantengan al día.
4. Desafios del nivel avanzado: el salto hacia la fluidez
Una vez que los alumnos han superado su meseta, suspiran aliviados, pasan página y, de repente, atisban una nueva dificultad en el horizonte: la inclinada cuesta hasta el nivel avanzado.
En el nivel B2, los alumnos ya se han hecho más autónomos. Pueden entender y hacerse entender en la mayoría de las situaciones. Son capaces de comunicar ideas y defender argumentos, pero su inglés es algo rudo.
Esta etapa es crucial para llegar a dominar con fluidez el idioma; la clave está en sonar más natural. Los alumnos deben aprender phrasal verbs, eliminar errores fosilizados y empezar a emplear expresiones idiomáticas.
¿Cómo puedes ayudarlos? La mejor forma de ayudar a tus alumnos con esta dificultad en el aprendizaje del idioma es aumentar su exposición al inglés real. Es el momento de que abandonen la muleta del libro de texto y se lleven su inglés más allá de las fronteras del aula.
Prueba esto:
- Mezcla a tus alumnos; incluye más juegos de roles, debates, entrevistas y enseñanza entre pares.
- Sírvete de pruebas estandarizadas para atajar posibles áreas problemáticas.
- Proponles retos divertidos para casa: bajarse una aplicación de aprendizaje de idiomas, ver una serie, escuchar la radio, leer un capítulo de un libro en inglés.
- Fomenta la inmersión total. Podrían, por ejemplo: apuntarse a un club, hacer un curso, encontrar un trabajo a media jornada donde tengan que hablar inglés o, incluso, irse a estudiar fuera.
La dificultad para aprender idiomas es parte del proceso natural de aprendizaje. Como profesores, el objetivo es ayudar a los estudiantes a superar estas barreras, equipándolos con las herramientas y estrategias necesarias. ¿Qué dificultades han enfrentado tus alumnos? ¿Cómo los has ayudado a superarlas en su camino hacia el dominio del idioma?
Carley Spence Autor de varios posts en el blog de Cambridge UK.