La participación de la familia en la educación es uno de los factores clave en el éxito académico de los estudiantes. Como profesores, implicar a los padres y cuidadores en el proceso educativo puede marcar una gran diferencia en el desarrollo de los niños. Aquí te ofrecemos algunas estrategias para involucrar a las familias y maximizar el impacto positivo en el aprendizaje de los alumnos.
El papel de la familia en la educación de nuestros alumnos
Algunas investigaciones muestran que el factor más importante en el éxito educativo de un niño es la participación de la familia en la educación. En las primeras semanas del parón causado por la pandemia, los padres (especialmente con hijos en infantil y primaria) fueron esenciales para el esfuerzo coordinado de poner en marcha las clases. Desde entonces, se han convertido en co-docentes y aliados.
Muchos de los profesores con los que hablé acabaron disfrutando de la experiencia de enseñar online. En general, los estudiantes respondieron bien a los métodos digitales. Cuando las clases online no eran posibles, los padres agradecían recibir por e-mail los recursos completos y actividades para hacer en casa o encontrarlos disponibles para recoger en el colegio. Apreciaron también el enorme esfuerzo que los docentes ponían en cada clase. Cuando los maestros eran creativos, por ejemplo, al hacer videos caseros, experimentos científicos, actividades artísticas o manualidades, los padres se implicaban positivamente.
Entonces, ¿qué podemos prever para el próximo año escolar? Sabemos que cualquiera que sea la «nueva normalidad», es poco probable que se parezca a la anterior. Además de los grandes cambios operativos en las escuelas, la enseñanza digital ha venido para quedarse. Analizar tres de los grandes problemas que tuvimos durante aquellos meses puede ayudarnos a mejorar la docencia a largo plazo.
1. Cómo integrar a la familia en el aprendizaje diario
¿Cómo respondieron nuestros alumnos a la pérdida de rutinas y al constante aluvión de información sobre un virus peligroso que los impedía ir a la escuela? Es posible que algunos niños no quieran volver a las rutinas antiguas (o nuevas y más desconcertantes) después de pasar este tiempo en casa. Otros lo asimilarán mejor. Todos buscamos formas de integrar la nueva normalidad en nuestras vidas.
Plan de acción:
- Averigua de qué manera impactó la pandemia en tus alumnos y sus familias. Algunos habrán estrechado lazos, mientras que otros habrán perdido a miembros de su familia. Algunos pueden haber sufrido, o todavía estén sufriendo la enfermedad o pérdida de empleo.
- Cuenta tu propia experiencia. Cómo te afectó la pandemia. Compartir cómo nos sentimos y cómo luchamos ayuda a normalizar sus sentimientos, dudas y miedos en momentos difíciles.
- Debate los efectos de la pandemia en el resto el mundo, para que los alumnos desarrollen comprensión y empatía por los demás y puedan pensar en soluciones a los problemas que enfrentamos en tiempos de crisis.
2. Cómo apoyar a las familias en la educación digital
De alguna manera lo logramos. La mayoría de nosotros tuvimos experiencias con clases online, reuniones o video llamadas familiares para saber que era posible. Había contacto frecuente por correo electrónico y teléfono. Fuimos capaces de compartir lecciones y materiales con las familias. Aun así, si no funcionó para todos los estudiantes, necesitamos mejorar basándonos en lo que salió bien.
Plan de acción:
- Averigua qué tecnología tienen tus alumnos en casa y a qué problemas técnicos se enfrentaron. Algunas incidencias tendrán fácil solución mientras que otras, requerirán planes alternativos.
- Es fundamental formar a los profesores en enseñanza digital, incluyendo sesiones en las que se compartan experiencias y casos reales con las mejores lecciones durante el confinamiento. Los padres también pueden necesitar formación digital.
- A nivel global, más de la mitad de los niños no tienen acceso a ordenadores en casa. Es necesario diseñar nuevas formas de impartir las clases. ¿Podríamos preparar con antelación temarios y recursos? ¿Algunos cambios mejorarían el aprendizaje a través del móvil?
- La adaptación no es sólo tecnológica. Necesitamos planificar lecciones que transmitan un sentido de curiosidad y capacidad de análisis, animando a los estudiantes a observar y pensar independientemente del entorno que los rodea.
3. Fomentar el orgullo lingüístico y cultural en casa
La mayoría de los padres con los que hablé se mostraron satisfechos con el apoyo de los docentes durante el confinamiento. Sin embargo, algunos sintieron que los maestros no fuimos del todo comprensivos con la tensión que había en los hogares y que no entendimos las necesidades de sus hijos. Es vital que escuchemos las experiencias de los padres y madres para mejorar, así como reconocer la profunda influencia que sin duda tienen en el futuro de sus hijos.
Plan de acción:
- Elabora conexiones entre el contenido y la vida familiar. Cocinar, practicar deporte, cuidar de las plantas o mascotas pueden ser algunas de las actividades. La lectura conjunta de padres e hijos potencia su curiosidad, mejora su destreza lingüística y comprensión lectora.
- Hablar distintos idiomas proporciona enormes beneficios. Los niños deben sentirse orgullosos de la lengua que hablan en casa. Si los padres no hablan inglés, ¿no sería estupendo que aprendieran juntos?
- No está de más que nos interesemos en las habilidades y curiosidad de los padres. De esta manera, los animamos a ser fuente de inspiración y ejemplo para sus hijos. ¿Fomentaríamos así su interés por la música, el arte y la naturaleza mediante proyectos iniciados en la escuela y desarrollados en casa?
La colaboración entre familia en la educación y docentes es más importante que nunca. Juntos, podemos garantizar que los estudiantes reciban el apoyo necesario para alcanzar su máximo potencial, incluso en tiempos de incertidumbre. La pandemia nos ha enseñado a trabajar de forma conjunta y a valorar el papel vital que juegan las familias en el proceso educativo.
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Karen Elliott es profesora, formadora de docentes y especialista en enseñanza de idiomas en el norte de España, donde reside. Junto con Herbert Puchta, es autora de Activities for Very Young Learners.
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