1. Márcate un objetivo

Una meta clara te servirá de motivación en los momentos difíciles. ¿Quieres o necesitas algún certificado que acredite tu nivel? Entonces necesitas saber dos cosas:

– Cuál es tu nivel actual
– Qué certificado necesitas para tu trabajo o tus estudios

Para conocer tu nivel, lo mejor es realizar una prueba o examen. En Cambridge te ofrecemos un breve test online para averiguar tu nivel, puedes hacerlo aquí.
Una vez tengas claro de dónde partes y a dónde quieres llegar, márcate una fecha orientativa en el calendario en función de:

– Lo cerca que estás de tu objetivo
– Cuándo necesitas tu certificado
– El tiempo real que vas a poder dedicar a estudiar.

Recuerda: prepararse un examen exige práctica y dedicación, no es recomendable elegir una fecha cercana a otros exámenes, épocas en las que sueles tener mucho trabajo, etc. Consulta aquí los centros de exámenes cercanos a tu domicilio y las fechas disponibles. Ten en cuenta que tendrás que matricularte con antelación.

2. Elige tu método

¿Clases presenciales u online? ¿En grupo o individuales? ¿Cursos intensivos? Decide qué tipo de enseñanza se adapta mejor a tus horarios y circunstancias, lo que le funciona a tu amigo o tu prima puede no ser lo más recomendable para ti.
Si has pensado en estudiar por tu cuenta, un buen libro de preparación es fundamental. Cambridge ha editado la serie Exam Boosters que incluye ejercicios reales de examen para que practiques todas las destrezas. Te dejamos también el link de nuestra tienda de Amazon donde encontrarás todos los libros de autoestudio de exámenes organizados por niveles.

3. ¡Sumérgete!

Estudiar un idioma no es solo ir a clase. Es esencial que el inglés forme parte de tu día a día y no solo de un par de horas a la semana. 

¿Cómo hacer una inmersión sin viajar a otro país? Aquí tienes unas cuantas sugerencias:

     – Ve películas y series en inglés si no partes de cero. Si usas subtítulos, ¡siempre en inglés!

     – Escucha música, radio o podcasts en inglés.

     – El móvil puede ser un aliado: utiliza aplicaciones con las que practicar en cualquier parte.

     – Prueba a cambiar la configuración de idioma del ordenador, móvil, tablet… Se aprende muchísimo vocabulario, ya que los usamos todos los días.

     – Aprovecha las redes sociales e Internet: lee webs, blogs o personas que publiquen en inglés. Además, puedes interactuar en las redes con otros usuarios y practicar writing en tus comentarios ☺. 

     – Talk, talk, talk! Busca grupos de conversación, practica con amigos y familiares, apúntate a algún Meetup… Aprovecha todas las oportunidades que se te presenten para hablar en inglés.  ¡Que no te frenen la vergüenza o el miedo a cometer errores!

4. La constancia es clave

Analiza tus horarios y busca algún rato (20-30 minutos pueden ser suficientes si estás muy liado) para practicar a diario. Puede ser repasando lo que has visto en clase, haciendo algún ejercicio extra o realizando alguna de las actividades de inmersión que te hemos propuesto.

Si quieres mejorar tu writing la Universidad de Cambridge ha desarrollado la herramienta gratuita Write & Improve para mejorar tu expresión escrita en inglés.

5.- ¿Y cómo puedo ampliar mi vocabulario?

No todo pasa por estudiar listas interminables, hay estrategias más efectivas:

     – Haz listas temáticas. Los campos semánticos son la mejor manera de relacionar palabras y conceptos. Te dejamos algunas ideas recopiladas por Cambridge Dictionary. 

     – Estudia con imágenes. Relacionar una foto con la palabra en inglés nos ayuda a evitar la tan temida traducción al español, que no siempre es exacta.

     – Aprende adjetivos junto con su opuesto. ¡2 x 1! Con aprender el significado de una palabra, sabrás el de las dos. 

     – Aprende frases, no palabras sueltas. Para dominar idioms o  collocations, lo mejor es estudiar la estructura completa.

     – Evita usar el español: busca sinónimos. Este ejercicio, muy útil también con phrasal verbs, te permitirá repetirte menos al hablar o escribir porque relacionarás las palabras más fácilmente.

     – Busca similitudes. Memorizar verbos irregulares alfabéticamente no es tan efectivo como crear grupos de verbos cuyas irregularidades sean idénticas o muy similares. Puedes hacer lo mismo con la pronunciación de las palabras.

Los idiomas son como el gimnasio: entrenar un rato todos los días es mucho más efectivo que estar 5 horas una tarde y acabar agotado. ¡Ánimo, tú puedes!