Puede que la evaluación sea lo último en lo que te apetece pensar ahora que empieza el curso. Al fin y al cabo, prácticamente acabas de archivar todos los exámenes y trabajos, ¿no? Pero en este artículo te voy a dar 5 razones por las que pensar en la evaluación ahora puede marcar una gran diferencia en el curso y en la calidad de la enseñanza.

1. Fija objetivos

Profesores y alumnos solo pueden lograr los mejores resultados si saben lo que quieren. Sin un objetivo claro en mente, es muy fácil descentrarse y acabar sintiendo que todas las clases son iguales y no se llega a ninguna parte. Si marcas unos objetivos claros con tus alumnos desde el principio, también podrás establecer controles para que vean su progreso. No eres el único que puede perder la motivación sin un enfoque claro, tus alumnos también. Si les das feedback constructivo sobre su rendimiento a través de diferentes controles, todo el curso tendrá un propósito.

 

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2. Escoge el mejor método

Este punto está relacionado con el anterior. Sin objetivos claros, no se puede tener un sistema de evaluación coherente. Esto puede dar lugar a exámenes que no evalúan lo que deberían (con un problema de validez, por ejemplo) o a evaluaciones de final de curso improvisadas y elaboradas a toda prisa. A mí también me ha pasado no saber muy bien qué querían obtener mis alumnos del curso y limitarme a seguir el libro de texto correspondiente con algunas aportaciones propias para darme cuenta demasiado tarde de que no habíamos hecho ninguna prueba práctica que condujera a la prueba final, y que incluso el contenido de la prueba final no estaba claro del todo para nadie. Para evitar este error, habla con tus alumnos sobre lo que quieren y sobre cómo vais a comprobar su progreso.

¿Vas a realizar muchas evaluaciones formativas (en las que no hay tanto en juego y lo importante es el desarrollo continuo) o solo una o dos sumativas (pruebas más exigentes que sitúan a los estudiantes en una escala)? ¿Vas a integrar la autoevaluación y la evaluación entre compañeros (para las que hay que formar a los alumnos) o solo el feedback del profesor? ¿Quieres utilizar la gamificación (lo que requiere mucha planificación por tu parte)?

 

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3. Plantea los ejercicios y los criterios

De nuevo hay una relación directa entre este punto y el anterior. Una vez que hayas decidido cómo vas a evaluar y dar feedback a tus alumnos, podrás diseñar tareas mucho mejores para ellos. A menudo, los profesores tienen una idea aproximada del tipo de ejercicios que deben poner, pero sin requisitos ni criterios de evaluación claros o bien desarrollados. Esto puede llevar a confusión antes de realizar la tarea, y a decepción y desconcierto al recibir el feedback.

Comunicar a los alumnos lo que tienen que conseguir (por ejemplo, en forma de rúbrica) y cómo van a ser evaluados (por ellos mismos, por sus compañeros o por el profesor) puede ayudarles a centrarse y mejorar mucho su rendimiento.

 

4. Ábrete a sugerencias

Otra ventaja de contar desde el principio con un sistema de evaluación para todo el año es que puedes pedir a los alumnos su opinión. Creo firmemente en la idea de colaborar con los alumnos y tratarles como iguales, y pedirles su opinión es valioso para ambas partes.

Puede que hayas elaborado un plan de evaluación fantástico en función de sus objetivos y ellos piensen que falta o sobra algo. O puede que les asuste la idea de recibir comentarios de sus compañeros y sea conveniente explicarles las ventajas de ese método para conseguir su aprobación, en lugar de obligarles a ponerse en una situación incómoda. También podéis hablar sobre el objetivo de ciertas tareas, lo que puede ser muy importante en la era de la IA, que es mi siguiente y último punto.

 

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5.  Los retos que nos plantea la IA  

No se puede escribir una entrada de blog en 2023 sin aludir a la inteligencia artificial de un modo u otro. Lo menciono aquí porque puede que te hayas acostumbrado a una manera de hacer las cosas que ya no funciona tan bien. Un ejemplo de esto son las redacciones que mandamos para hacer en casa cuando estamos preparando los exámenes en clase. Desde que ChatGPT, Google Bard y otros asistentes de escritura de IA se han hecho tan populares y potentes, los estudiantes se ven tentados a entregar trabajos escritos por ellos.

Pensar en cómo vas a modificar tu sistema de evaluación sabiendo que los alumnos pueden echar mano de la IA te dará ventaja. También puedes optar por intentar que los alumnos entiendan que te interesan sus capacidades y que el objetivo de la tarea es ver cómo han mejorado y no el trabajo de una máquina.

 

Conclusión

Para resumir estos puntos, conviene verlos como una serie de pasos:

  • En primer lugar, debate y fija objetivos con tus alumnos.
  • Después, define cuáles serán los puntos de control y qué método de evaluación caracterizará estos puntos
  • Ya puedes diseñar los ejercicios y planificar una rúbrica de evaluación (puede ser una versión aproximada al principio) para ayudar a los alumnos a prepararse.
  • Por último, anima a tus alumnos a decir lo que les gusta y lo que no de tu sistema, y ábrete a negociar y llegar a un acuerdo si es necesario.

Si quieres saber más sobre cómo utilizar eficazmente las evaluaciones en el aula, echa un vistazo a estos blogs:

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