Evita el Síndrome del trabajador quemado con estos 5 consejos para profesores
Si te has sentido sobrepasado últimamente o crees que estás a punto de estarlo, esta entrada te ayudará. Rebecca Rios nos da 5 consejos que grabarnos a fuego para no quemarnos.

El síndrome del trabajador quemado es un problema creciente en el ámbito educativo, causado por el estrés y la sobrecarga laboral. Los docentes enfrentan una gran cantidad de decisiones diarias y desafíos que pueden llevar al agotamiento. Comprender este fenómeno y aprender estrategias para manejarlo es crucial para mantener la salud y el bienestar de los profesores. Aquí te ofrecemos consejos prácticos para prevenir y superar el síndrome del trabajador quemado.

Según Tina H. Boogren, un profesor toma más decisiones por minuto que un neurocirujano. Si te sorprende este dato, es que no pasas mucho tiempo en una clase. A finales de los 80 y en los 90, se realizó un estudio sobre la toma de decisiones de los profesores, que reveló que estos profesionales toman unas 1500 decisiones un día normal de trabajo, en una jornada laboral de ocho horas. Esto equivale a 3 decisiones por minuto, y eso era antes de la tecnología, el covid y muchos otros factores que han aumentado considerablemente la cifra.

¿Cómo evitar el Síndrome del trabajador quemado?

Hablar es importante

Por desgracia, esto ha hecho que profesores de todo el mundo escalen puestos en la lista de los más afectados por el llamado burnout o síndrome del trabajador quemado. En las estadísticas sobre agotamiento docente de ThinkImpact, el 90 % de los profesores declararon que sentirse quemados suponía un problema grave tanto para ellos como para su trabajo. Según los estudios de Gallup, el 44 % de los profesores de primaria y secundaria de EE.UU. afirman sentirse así «siempre» o «muy a menudo», y es el porcentaje más alto entre todas las profesiones.

Sé que estas cifras asustan, pero me parece importante que hablemos de ellas y dejemos que los profesores compartan sus sentimientos sin sentirse mal o culpables.

La rutina del profesor puede ser muy pesada, al fin y al cabo, es una de las pocas profesiones en las que hay que planificar el trabajo con antelación (la lección), dar clase y seguir trabajando en las actividades y evaluaciones después. Pero eso no significa que lo nuestro sea sentirnos cansados y quemados para siempre. En los últimos años, he aprendido estas 5 cosas que me han ayudado a prevenir y superar el agotamiento.

 

Evita el síndrome del trabajador quemado

 

5 Consejos para combatir el síndrome del profesor quemado

CONSEJO 1: ten claros los objetivos de la clase

Tienes que lidiar con las exigencias de alumnos, padres, directores e incluso las tuyas propias a diario y saber que es imposible atenderlas todas al 100 % te permitirá priorizar los objetivos clave de una lección o de la clase en general. Si tienes claro lo que quieres conseguir, es más probable que sientas que lo has logrado cuando tú y tus alumnos hayáis alcanzado el objetivo; de lo contrario, puede que sientas todo el rato que por mucho que hagas, nunca es suficiente.

 

 

CONSEJO 2: descubre tu punto fuerte y parte de ahí

Durante todos estos años he tenido la sensación de que hemos intentado estandarizar a los profesores, al igual que hemos hecho con los exámenes, pero lo cierto es que somos muy diferentes, y lo mejor es que nos centremos en lo que nos hace únicos. Si te fijas, verás que algunos profesores tienen una capacidad de organización magnífica y crean planes de clase estupendos, mientras que otros conectan con todos los alumnos y son capaces de saber cómo se siente cada uno de ellos en el aula. Estas características son innatas y naturales, y podemos ir desarrollándolas para destacar gracias a ellas, con la ventaja añadida de que cuando somos nosotros mismos y usamos con libertad estas características, tenemos más energía para comprometernos con el trabajo.

 

Cónoce el síndrome del trabajador quemado

 

CONSEJO 3: dedica tiempo a cargar las pilas

Como hay tanto que hacer durante el día, a veces por la noche o incluso los fines de semana, podemos sentir que no tenemos tiempo para nosotros. Descansar a menudo evita que nos quedemos sin batería y hace que nos recuperemos mucho más rápido del estrés y el agotamiento. Dedicar tiempo a uno mismo significa hacer algo que nos hace felices y nos relaja y, al igual que en el caso de los puntos fuertes, varía de una persona a otra. Puede ser dar un paseo y rodearse de naturaleza, disfrutar de un buen libro con un té o salir con los amigos. Sea lo que sea, asegúrate de que forma parte de tu rutina diaria, no esperes a quemarte para hacerlo.

 

 

CONSEJO 4: cuenta con un grupo de apoyo

No hay nada peor que sentirse quemado y solo a la vez. Tener un grupo de apoyo con el que compartir problemas e ideas y al que pedir ayuda con lo que no se nos da tan bien puede marcar la diferencia. Puede ser un grupo de personas de nuestro entorno laboral, familiar o gente que conozcamos en Internet. Si das clases particulares, unirte a comunidades de profesores online puede ser de gran ayuda. Formar parte un grupo y compartir experiencias puede darte una sensación de alivio y pertenencia.

 

 

CONSEJO 5: celebra tus logros

Aunque se nos dé genial animar a los alumnos cuando consiguen algo, reconocer lo que uno mismo ha hecho bien puede resultarnos más complicado, al menos para mí lo era. Antes sentía que lo que hacía era solo parte de mi trabajo y miraba siempre hacia mi próximo objetivo. Sin embargo, celebrar tus logros te da tiempo a pararte y sentirte orgulloso de lo que has hecho. Si un alumno aprende a leer o hace una presentación con una pronunciación perfecta, es su logro, pero también el tuyo. No tienes que dar una fiesta cada vez que ocurre algo así, pero al menos tómate tu tiempo para reconocer que has hecho algo bueno e importante.

 

consejos para combatir el síndrome del trabajador quemado

 

 

Empieza poco a poco, pero sé constante:

Si te sientes quemado últimamente, quizá estos cinco consejos te parezcan demasiado para ponerlos en práctica todos a la vez, y mi intención no es agobiarte, así que empieza poco a poco. Elige uno e incorpóralo a tu rutina, la clave está en la constancia. Si te sientes un poco mejor cada día, te sentirás mucho mejor a la larga. Sé tan amable contigo como lo eres con tus alumnos, y como dice Kate Brierton, cuídate y comprueba que estás bien cada día evaluando las cosas que te preocupan o estresan para estar siempre al tanto de lo que sientes y el burnout no te pille por sorpresa.

 

¿Qué consejo probarás primero? Cuéntanoslo en los comentarios. Y si quieres leer más artículos sobre este tema, entra en nuestra página de sensibilización sobre salud mental.

 

Referencias:

«Keeping New Teachers From Dropping Out», Ellen Meyers, Gotham Gazette, 20 de febrero de 2006

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