Esta entrada de Ceri Jones es la continuación de su anterior publicación, y en ella vuelve a compartir consejos que ayudarán a los profesores a sentirse preparados a la hora de enseñar a sus alumnos y empezar a dar sus clases online. Ceri Jones trabaja desde España como profesora, formadora y redactora de material educativo. Es parte del equipo de autores de nuestros cursos Eyes Open y Evolve, y forma a profesores online a través de The Consultants-E.

1. Cómo estructurar tus clases virtuales

Una vez que hayas establecido los canales de comunicación que te permitirán informar a tus alumnos de los cambios en sus clases, deberás decidir cómo vas a estructurarlas. En esta sección, examinaremos algunos factores que es conveniente tener en cuenta.

¿Enseñanza sincrónica o asincrónica?

Las clases sincrónicas son sesiones «en directo» que reúnen a profesores y alumnos en un espacio virtual a una hora convenida. Son las más parecidas a las clases presenciales, ya que se ciñen a un horario fijo. Pueden estar basadas en lengua escrita o en tecnología de vídeo o audio (véase los ejemplos abajo recogidos).

Las clases asincrónicas tienen lugar en un espacio virtual compartido, pero el profesor y los alumnos no tienen por qué estar presentes al mismo tiempo. El profesor puede programar actividades que los alumnos podrán realizar en el momento que ellos deseen. Las actividades pueden ser colaborativas e interactivas, pero no están sometidas a horarios. No obstante, y como es natural, es conveniente dictar un plazo máximo para completar las tareas. Al igual que sucede con las clases sincrónicas, las clases asincrónicas también pueden estar basadas bien en el uso de la lengua escrita, bien en recursos de vídeo o de audio.

Cabe la posibilidad de que prefieras utilizar una combinación de todas esas opciones. Obviamente, tus decisiones dependerán de tu contexto y de las expectativas del centro en el que trabajes, así como del equipo al que tengáis acceso tú y tus alumnos. Se puede acceder con smartphone a la mayoría de plataformas digitales, y puede que ello desempeñe un papel fundamental en tu toma de decisiones.

¿Vídeo, audio o mensajes?

Es evidente que lo ideal es combinar los tres recursos siempre que sea posible. Al igual que sucede en las sesiones presenciales, siempre es mejor utilizar varios tipos de actividades.

  • Vídeo
    En un aula virtual sincrónica tienes varias opciones a tu disposición. El profesor puede utilizar su cámara web para que los alumnos lo vean, o los alumnos pueden conectarse entre sí con las cámaras de sus teléfonos, ordenadores o tabletas. Los profesores también pueden optar por compartir vídeos en la pantalla, que verá toda la clase, o bien combinar las tres posibilidades. Es importante tener en cuenta posibles limitaciones técnicas, como el ancho de banda. Tal vez no sea posible que todos los alumnos estén en cámara al mismo tiempo. (Tanto la plataforma Zoom como Blackboard, Adobe Connect, etc., ofrecen todas las posibilidades contempladas).

En un entorno de enseñanza asincrónica, se puede realizar vídeos y subirlos para compartirlos con la clase. Podría tratarse de una breve presentación del profesor, o de tareas en vídeo realizadas por los alumnos. Si tienes la posibilidad de usar un espacio compartido donde los alumnos puedan también comentar los vídeos, contarás con un contexto que estimulará la puesta en común de ideas y el intercambio online de pareceres. (Hay plataformas, como Flipgrid, que permiten a los alumnos subir vídeos y comentar los ejercicios de los compañeros).

  • Audio
    Las aulas sincrónicas también pueden funcionar exclusiva o principalmente con audio. En ese caso, es buena idea compartir una presentación para que los alumnos se concentren en ella y para dar una estructura a las actividades. Los alumnos pueden encender y apagar sus micrófonos según les vayas interpelando, con el fin de evitar ruidos de fondo e interferencias.

En las clases asincrónicas también se puede utilizar el audio en la misma medida que el vídeo. Puedes subir y compartir grabaciones y pedir a los alumnos que respondan a los enunciados de algunos ejercicios oralmente. Lo bueno del audio es que es mucho más ligero que el vídeo y funciona mejor con menos ancho de banda, por lo que subir a archivos y acceder a ellos resultará más sencillo.

  • Mensajes
    En las aulas sincrónicas, la función de chat puede resultar tremendamente útil. Se puede utilizar para complementar las propuestas de audio y vídeo del profesor (y de los alumnos), al permitir a estos últimos que redacten sus respuestas a las preguntas en la ventana de chat. Esta resulta especialmente útil para lluvias de ideas o preguntas destinadas a comprobar la comprensión de conceptos explicados en presentaciones. También sirve para realizar breves actividades rompehielo que exijan a los alumnos compartir respuestas breves, de tres o cuatro palabras, a diversas preguntas. La clase podría basarse exclusivamente en la comunicación escrita si fuera necesario. En ese caso, haría falta establecer un protocolo de turnos claro, pero se puede desarrollar la clase en breves intervalos de tiempo. Veinte minutos sería un plazo óptimo para un grupo de unos diez alumnos. Si tu clase tiene treinta alumnos, puedes dar la clase en tres turnos de diez alumnos.

Los mensajes son un recurso muy común a la hora de realizar actividades en foros asincrónicos. El profesor puede preparar un ejercicio al que los alumnos habrán de responder por escrito. Entre otras ventajas, los foros promueven el intercambio de pareceres y que los alumnos se resuelvan dudas mutuamente o comenten las publicaciones unos de otros. Es bueno ofrecer un plazo límite para participar e incluso solicitar a algunos de los alumnos que escriban una síntesis de la actividad o charla cuando se haya terminado. Una última ventaja de la comunicación por escrito es que los alumnos especialmente jóvenes están muy acostumbrados a enviarse mensajes a través del teléfono móvil y la tableta, así que para ellos resultará, probablemente, una forma de comunicación muy natural.

 

2. Utiliza tu libro de texto

Si tus alumnos ya utilizaban un libro en sus clases presenciales, podrás seguir usándolo en el aula virtual. Decide qué actividades:

  • pueden realizar los alumnos por sí mismos (leer textos, escuchar textos, escribir, preparar presentaciones de teoría lingüística…)
  • pueden realizar los alumnos en grupos, sin la ayuda del profesor (ejercicios en común por escrito, ejercicios hablados, proyectos…)
  • requieren la asistencia del profesor (aclarar conceptos, corregir y mejorar el lenguaje, comentar los ejercicios, motivar y guiar en general).

Sírvete de estas decisiones para estructurar tus clases. Seguir el método de la «clase invertida» puede ser una buena idea. Selecciona una serie de ejercicios individuales que los alumnos tendrán que terminar antes de la clase sincrónica, para poder basar en ellos parte de tu lección virtual. O bien, utiliza tu clase «en directo» para indicar qué actividades individuales y colectivas deseas que realicen los alumnos después de la sesión, y explícalas durante esta. Las dos opciones funcionan bien y lo que decidas dependerá de cómo sean tus alumnos y del contexto en que se desarrolle la enseñanza.

Recuerda que, en la actualidad, la mayoría de cursos ofrecen también numerosos recursos digitales que os permitirán tanto a ti como a tus alumnos hacer uso de otros materiales y actividades. Además, si eres profesor e impartes clase con los materiales de Cambridge en la página  The Cambridge Teacher  podrás encontrar una multitud de recursos para impartir tu clase. ¡Échales un vistazo!

Si te perdiste la primera entrada de la serie «Ideas para profesores» y el primer artículo de Ceri Jones sobre la transición de la enseñanza presencial a la digital, pincha aquí para leer ese contenido.

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